La realidad no es el páramo aburrido y monótono que describen con intencionado tedio los mezquinos académicos en sus densos y opacos tratados, sino todo lo contrario. La magia, lo fantástico, lo inusual... todo lo que puede concebir nuestra imaginación está a un paso, muchas veces escondido a plena vista. Sólo hay que rechazar los prejuicios grabados a fuego por la corrupta Academia para empezar a percibir los lugares y seres que cuya misma existencia quiebra la versión ortodoxa de la Historia. La imagen que encabeza esta entrada es un ejemplo. Para el ojo no iniciado es una escultura, una muestra más de arte contemporáneo que gustará más o menos, y a la que el común de los mortales no le dedicará más de un par de miradas. Pues bien, sus tres columnas podrían ocultar algo mucho más interesante. Podríamos estar ante un genuino nexo de realidades. Un punto en el espacio y el tiempo en el se superponen tres o más dimensiones. Una versión más compleja de los portales interdimensionales de los que ya hemos hablado en esta bitácora y que tanto interés han suscitado.
Como ya he comentado antes, abrir un portal a otra dimensión es algo que no se debería hacer a la ligera, pues hay incontables dimensiones, y no pocas son muy peligrosas. Para probar si estamos ante un nexo, debemos proceder con la mayor de las cautelas. No queremos atraer atención indeseada a nuestro hogar, ya tenemos suficientes enemigos como para ir a buscar más. Por eso, de momento nos limitaremos a análisis superficiales e indagar sobre la historia de la escultura, aunque es posible que incluso sus autores ignoren su verdadera naturaleza. Hay rumores sobre criaturas que pueden ejercer su influencia a través de las barreras entre dimensiones, inspirando a sus objetivos a construir todo tipo de artilugios. Un nexo interdimensional no sería lo más raro de lo que hay noticia ni de lejos. Os mantendremos al tanto de nuestras indagaciones.
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