Nuestro informador nos trae un nuevo e interesante avistamiento en la céntrica cafetería compostelana. Una madre banshee con sus hijos, un niño y una niña. Hasta ahora sólo teníamos noticia de banshees adultas, pero era evidente que debía haber crías también. La única duda es si vivían recluidas hasta alcanzar la adolescencia o si era una mera casualidad que no hubieran sido vistas por nuestro experto en la materia. Ahora ya no cabe la menor duda de que como todo el mundo, las banshees sacan con naturalidad a su progenie, el futuro de su especie. Para proteger su intimidad, tratándose de menores, hemos decidido no incluir ninguna imagen o recreación artística. No queremos dar pistas a la maligna Academia para que pueda poner sus garras en una criatura vulnerable y en pleno desarrollo, pues no dudarían en convertirla en un arma para de su infame Legión Ilustrada. Espero que consigan pronto el reconocimiento público de sus derechos, el primer y necesario paso para protegerlas de todos aquellos que quieren añadirlas a su arsenal.
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