Rescato una foto de una apasionante aventura que tuvo lugar ya hace cinco años, para, no tanto dar la despedida al 2017, un año que fue especialmente duro para un servidor y sus compañeros de expedición interdimensional, sino para esperar con ilusión y esperanza la llegada del 2018. La elección de una imagen en la que salimos juntos la carismática fundadora de los Hijos del Nuevo Mundo, Ellen Blackmoon y un servidor, señalando en la misma dirección, no es gratuita. Deseo que durante el próximo año volvamos a unir nuestras fuerzas para combatir a las numerosas amenazas que acechan a la Humanidad, desde la ya clásica y archiconocida Academia, como la recién descubierta red Elysium.
Si algo he sacado en limpio de este turbulento año, es que nuestros enemigos están capacitados de sobras para hacer de nuestras un auténtico infierno. Quieren que abandonemos nuestra lucha por sacar la Verdad a la luz. Puedo decir con orgullo que han fallado. El rescate hábilmente pergeñado por Gwen Marsters, el Rey Filósofo Lionel, la Diosa Hiliana, los portadores de los amuletos y otros más, me ha devuelto los ánimos que creí llegar a perder en mi larga travesía interdimensional. Si esa intervención cuasi milagrosa no hubiera bastado, también tenemos el nuevo libro de mi Maestro, el bravo e infatigable investigador Erich Von Däniken, The Gods never left us, que celebra el cincuenta aniversario de su opus magna, Chariots of the Gods. ¿Cómo no esperar el inicio del 2018 con optimismo? Es la única opción lógica.