La corrupta y decadente Academia ataca de nuevo. El objetivo de sus calumnias es en esta ocasión el alienígena hallado en el 2003 en Chile, concretamente en el desierto de Atacama. Tras años de análisis de ADN y conjeturas sobre su naturaleza, ahora dicen que se trata de un feto humano con una combinación de mutaciones jamás vista en un ser humano. Incapaces de explicar qué genes ni qué combinación de los mismos han causado la forma alargado de su cráneo o que sólo tenga nueve costillas, piden tiempo para replicarlas en ratones. Lo que sea antes de reconocer la Verdad. La hipótesis de que sea el resultado de experimentos genéticos hechos por alienígenas o con su tecnología me parece razonable, mas borrar de la ecuación la evidente conexión extraterrestre es a todas luces deshonesta y pone en tela de juicio la objetividad de la Ciencia oficial. Por mucho que rebuzne la maligna Academia a través de sus estómagos agradecidos, nosotros sabemos que la momia de Atacama es una Prueba de la presencia de alienígenas en nuestros planeta, que debería ser reconocida públicamente como tal. Una criatura magnífica y no una víctima de una serie de desdichas genéticas. Ojalá algún descubramos más sobre su origen. ¿Pertenece a alguna raza de humanoides diminutos?, ¿es el intento de una raza extratrreste de hacer un híbrido entre su especie y la nuestra? Hay tantas opciones razonables a explorar. Sólo falta Voluntad y acceso al cuerpo, y al lugar en el que fue encontrado, pues podría albergar más sorpresas.
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