La Cultura Pop no es tan sólo una magistral herramienta para sacar a la luz la Verdad que tan contumazmente se emperra en ocultar la decadente y corrupta Academia, sino que también sirve de guía e inspiración a los genuinos científicos e ingenieros que trabajan por hacer un mundo mejor. Los robots biohíbridos son una muestra. Normalmente se plantea una dicotomía ente hombre y máquina, incluso en los cyborgs hay una clara separación entre ambas partes, siendo las mecánicas repuestas de las orgánicas. Los robots biohíbridos en cambio son un paso más allá, una fusión completa de metal y carne. Sobre los esqueletos robóticos se hace crecer tejido vivo. Puede que os suene a Terminator, pero aquí no cumplen una función de camuflaje, sino que se busca darle una mayor funcionalidad y poder acometer tareas más complejas. Evidentemente una tecnología tan ambiciosa se encuentra con grandes retos. El tejido vivo de los robots desarrollados hasta la fecha tiene una vida útil muy corta y tiende a encoger, perdiendo su utilidad. Mas, para todo problema siempre hay al menos una solución. Yuya Morimoto, Hiroaki Onoe y Shoji Takeuchi plantean una ingeniosa solución en el artículo Biohybrid robot powered by an antagonistic pair of skeletal muscle tissues, publicada en la revista SCIENCE ROBOTICS que os animo a leer aquí
Test de la propuesta planteada en el artículo.
La propuesta descrita en el artículo se resume en dos ideas brillantes:
- Usar células precursoras llamadas mioblastos en lugar de las habituales células musculares ya desarrolladas.
- Incorporar las células en parejas antagónicas, imitando a los organismos vivos.
Al emular las contracciones y distensiones de los músculos de los seres vivos, consiguieron crear dedos flexibles que rotan 90 grados y extender la vida útil del tejido hasta una semana. Puede que no parezca mucho a ojos de un profano, pero es un paso de gigante hacia el desarrollo de robots biohíbridos. Habrá que seguir con atención su desarrollo, pues sabemos que nuestros enemigos serán los primeros en darles uso, como ya hace la red criminal Elysium con los robots antropófagos. Toda herramienta tiene un gran potencial tanto para el Bien como para el Mal. Hagamos todo lo posible para que esta fascinante tecnología no caiga en malas manos.