Desde que el mundo es mundo, la humanidad ha oído y difundido todo tipo de profecías y elucubraciones sobre el siempre casi inminente Fin del Mundo. No importa la época, que fuera de esplendor o de decadencia, siempre ha habido profetas que avisaban que se nos acababa el tiempo. Así que no es de extrañar que venga ahora el centro de investigación australiano Breakthrough National Centre for Climate Restoration con un informe apocalíptico.
Es un detalle ciertamente curioso, eso sí, que coincida con el estreno en Amazon Prime de la adaptación de Buenos Presagios (Good Omens), la novela de Terry Pratchett y Neil Gaiman, que versa, como bien saben nuestros lectores, sobre el inminente fin del mundo. Los autores de este nuevo informe sitúan el apocalipsis en el 2050. Una elección sabia. No es tan cercano como para que no nos dé tiempo a hacer algo ni tan lejano como para que nos dé igual. ¿Caerá en oídos sordos o provocará alguna reacción tangible? Esa, más allá de lo acertadas que sean sus predicciones, es la verdadera duda. Y como pasó con todas las anteriores, sólo el tiempo dirá.
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