Michel Mayor, astrofísico ganador del premio Nobel de Física por el descubrimiento de un planeta que orbita una estrella similar a nuestro sol, ha sentenciado con la autoridad que le concede el galardón lo siguiente "No vamos a migrar a ningún exoplaneta". Así de rotundo y conciso, sin lugar a medias tintas ni dudas. Afirma que debemos cuidar nuestro planeta pues no tenemos otro al que ir, apelando en todo momento a lo que supuestamente conocemos hoy en día sobre el viaje interplanetario. Para este científico hasta Júpiter está demasiado lejos y cree que tardaremos siglos en llegar. Y pensar que en la mítica película de Stanley Kubrick ya habríamos llegado hace años. Qué decepción.
Pero no estoy aquí para comparar sus pronósticos sombríos sobre la exploración espacial con los clásicos de la ciencia ficción sino con la realidad tangible. Hemos visto con nuestros propios ojos y tocado con nuestras manos naves espaciales capaces de viajar a otros sistemas solares con la misma facilidad con la que vamos a la playa o al pueblo a pasar el fin de semana. Hemos cruzado portales a otras dimensiones que albergan planetas compatibles con la vida humana. Lejos de mí alentar la destrucción de nuestro hogar, mas no es necesario mentir de forma tan descarada para promover el cuidado del medio ambiente. Especialmente cuando es más que evidente que el destino de la humanidad está en las estrellas, junto a nuestros creadores. Eso no significa que vayamos a olvidar nuestro hogar, pero será uno más entre muchos mundos habitados por seres humanos y otras especies inteligentes. Deberíamos prepararnos para ese futuro, en vez de dejar que científicos con más ego que honestidad mantengan el tupido velo de mentiras pergeñado por la corrupta y decadente Academia sobre los ojos de la humanidad.
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