Aunque pusimos fin a la operación siniestra de los mutantes psíquicos en la central nuclear iraní, el COVID-19 se sigue expandiendo por el mundo, casi al mismo ritmo que los bulos, en los que destacan con fuerza los que se las apañan para conectar una hipotética vacuna, el aún en pruebas 5G, Bill Gates y nanobots. Hasta a nosotros nos sorprenden esas teorías. Si quisieran inyectarnos nanobots para controlarnos, no necesitarían recurrir a la excusa de una vacuna. Además, ya nosotros les proporcionamos toda la información que puedan desear cada día.
Mientras buscamos a nuestros enemigos, intentando adelantarnos a su siguiente jugada, retomamos nuestras investigaciones habituales, buscando lugares, objetos y seres insólitos, como esta inquietante puerta, que parece ser para seres capaces de volar, pues incluso saltando desde el balcón sería entre arriesgado y suicida. Los académicos dirán que la puerta quedó así tras alguna obra, perdiendo su utilidad, mas nosotros, los investigadores de lo desconocido, sabemos que los turbios académicos no dan puntada sin hilo, y que si en un edificio universitario ha dispuesto una puerta de una forma ten peculiar es con un propósito. La gran pregunta es ¿qué clase de criaturas usan ese acceso? Ojalá pudiéramos captarlas algún día. Apuesto por alienígenas, tengo entendido que hay tipos de Grises que poseen alas similares a las de las mariposas.
¡Por Isis!
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