Al fin, tras lo que ha parecido una eternidad, podemos anunciar el fin de esta cruenta batalla de trincheras por el control de la central nuclear de Bushehr, con nuestra victoria y la retirada de las tropas enemigas, encabezadas por los generales Kernshos y Noxolo. En cuanto comprobamos que no habían dejado ninguna sorpresa atrás, devolvimos el control de las instalaciones al gobierno iraní, que nos agradeció de forma discreta nuestra intervención y nos facilitó los medios para regresar al hogar.
Ha sido una batalla durísima, librada tanto en la central como en Internet. En el mundo físico teníamos en frente a cultistas, asesinos de todo pelaje y criaturas como la Aberración, producto de la manipulación génetica más la radiación. En el mundo digital estaban los hackers de Elysium. Costó un mundo, pero logramos desbaratar los planes del General Noxolo de crear variantes más letales del COVID-19, hasta el punto de inutilizar sus aparatos. Ese fue el primer gran paso para echarlos, pues el Noxolo privado de sus juguetes, perdió el interés por la central nuclear y quería marcharse en busca de prados más verdes. Su compañero lo retuvo con promesas de usar el reactor nuclear para desatar una superpandemia. Afortunadamente sus promesas no tuvieron más recorrido que las de los políticos en campaña electoral. Cuando fue dolorosamente evidente que sus manejos no creaban más que criaturas a medio cocinar y variantes inestables del COVID-19, Noxolo contactó con su líder, y este dio la orden de retirada. Una buena noticia, que esperemos ayude en la lucha contra esta pandemia global.
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