En un mundo lleno de incertidumbres, especialmente este año, proporciona un cierto confort comprobar que sigue habiendo certezas, sistemas que funcionan de una forma predecible haga sol o llueva. Desde el momento en el di la noticia del sorprendente encuentro con la visitante de las estrellas en la playa de Canelas, supe que la Academia intervendría, haciendo el mayor de los ridículos. Como un toro ante el capote en movimiento, no son capaces de pensar y se dejan llevar por sus instintos más primarios. Así, como ya habéis podido ver, un "académico indignado" entró con toda su furia en este plácido oasis del pensamiento heterodoxo y volcó toda su bilis, acumulada seguramente en una vida llena de insatisfacciones tanto en su vida laboral como en su intuyo que escasa vida personal. Con grandes y exagerados aspavientos me acusa de engañaros, dando el provverbial gato por liebre con un muñeco fabricado en China. Hasta deja caer que se lo debo haber quitado a un niño, ¿qué se cree este individuo? ¿Acaso me confunde con sus compañeros de filas? En la Academia sí que son expertos en aplastar las ilusiones infantiles, y no es que el robo sea algo ajeno a ellos. Sus almacenes están llenos de objetos sisados. Cualquiera que me conozca sabe que esta acusación es una burda mentira, producto de una mente enferma y mezquina, pero, al igual que mi acusador, no voy a dejar esta afrenta sin respuesta.
Tomando un café con el visitante de las estrellas, sirva la taza como referencia para estimar su tamaño.
La prueba del fraude es verdadera, pero su significado es muy diferente al que le ha dado el académico indignado. No he mostrado su espalda en las fotos que he ido subiendo a Instagram a petición del propio visitante, no para mantener un engaño, ridículo por otra parte, ya que no nos escondemos y cualquiera puede verle la espalda y sacarle una foto, como ha ocurrido. ¿Cuál es el verdadero significado de la cacareada prueba? Pues uno muy sencillo, que hasta un niño que no ha dejado el chupete podría adivinar a poco que se esforzara. CAMUFLAJE. Dada su condición de visitante de otro planeta y su pequeño tamaño, y conociendo la fobia por todo lo extranjero que poseen demasiados terrícolas, obtó con sensatez por intentar pasar desapercibido, haciéndose pasar por un jueguete de McDonalds. ¿Y por qué de McDonalds? Pues porque su especie, más concretamente el cuerpo policial del que forma parte tiene un acuerdo con McDonalds para hacer merchandising con su aspecto. ¿Qué mejor manera de pretender ser un juguete que el permitir que hagan juquetes con tu aspecto? Así todo lo que tiene que hacer es añadir un par de textos y otros detalles puramente cosméticos en su espalda, y ya está listo para llevar a cabo su misión de incógnito en la Tierra. Evidentemente, este acuerdo comercial es de naturaleza confidencial y McDonalds lo negará. Con esta explicación espero que quede clara la naturaleza estraterrestre del visitante de las estrellas. Pronto revelaremos su nombre, su origen y el motivo de su presencia en la Tierra. Nuestros lectores más fieles pensarán que hemos malgastado una entrada cuando podíamos haber saltado directamente al meollo de la cuestión, mas sentía que era necesario dejar en evidencia a los traidores de la Humanidad, la corrupta y decadente Academia.
¡Por Isis!