Sólo los necios y los malvados, bien sea por voluntad propia o por mandato de la corrupta y decadente Academia, proclaman con convicción que no queda nada relevante por descubrir, que el ser humano ya posee una visión completa de su Historia, y que lo único que queda es completar detalles que confirmarán y expandirán la versión oficial establecida en los plomizos y grises manuales de Historia, lo que se viene a conocer en los círculos académicos como el consenso en la historiografía. Los investigadores de lo desconocido estamos en radical desacuerdo, pues sabemos de primera mano que hay grandes lagunas en nuestros conocimientos sobre la Historia ya no sólo de la Humanidad sino también de nuestro planeta.
Apoyando nuestras valientes tesis, viene este fascinante hallazgo de kilómetros de pinturas rupestres en el Amazonas que datan de la Edad de Hielo. Esta impresionante colección de arte datada hace 12.500 años es más que una Capilla Sixtina del Amazonas, es una ventana a un pasado remoto, libre de los filtros impuestos por los siniestros académicos. Ahí podemos ver criaturas extintas como el mastodonte, pero también otras cosas que requiere de más investigación, como figuras antropomorfas con lo que parecen pinchos en la cabeza. ¿Antenas tal vez? ¿Podrían ser aparatos para comunicarse entre ellos?, ¿o tal vez algo más ambicioso si cabe como un amplificador de la capacidad psíquica del ser humano? En ese caso en vez de ondas de radio estaríamos hablando de telepatía. Un concepto recurrente en la Cultura Pop del que tenemos un ejemplo en los Mutantes Psíquicos afincados en la Luna. En todo caso, estamos ante un acontecimiento histórico, un hallazgo que sacudirá la telaraña de mentiras y medias verdades tejida con saña durante siglos por nuestros más acérrimos oponentes. Desde esta bitácora haremos todo lo que esté en nuestras manos para exponer el auténtico significado de estas pinturas.
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