¿Qué ven estos ojos pétreos recién llegados al monte Gaiás?, ¿qué secretos ocultan en sus formas ligeramente achatadas?, ¿tienen algún propósito oculto?, ¿cuántos serán?... Tantas preguntas por responder. Nada más emocionante para un investigador que ser testigo del nacimiento de un nuevo enigma. No hay obra humana que no tenga algún misterio, algún mensaje escondido, ya sea por la influencia directa de una inteligencia alienígena o cualquier combinación de factores más o menos aleatorios, más nunca muy alejados de las estrellas, donde está el origen de la Humanidad. Y esta nueva instalación artística no es ajena a esa realidad.
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