Nuestro mundo alberga muchos secretos, y muy a menudo están a plena vista, tan sólo hacen falta voluntad y curiosidad para reconocerlos. Donde ojos menos astutos verían un parque infantil para tener entretenidos a los niños en los largos días de verano, nosotros, más duchos en la investigación de enigmas, vemos un laboratorio de origen extraterrestre. Su apariencia amable e inofensiva oculta un fin analítico y potencialmente peligroso para la Humanidad. Mas no debemos suponer que cada alienígena que hace experimentos en la Tierra es un gris o un reptiliano dispuesto a explotarnos y/o conquistarnos. Podría ser una misión con fines benignos, guiada por el ansia de conocimiento. Ojalá sea así.
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