Reza el dicho que el Crimen no descansa, que podemos ampliar al Mal en general. Aunque es cierto que siempre hay amenazas al acecho, eso no quiere decir que no tomen vacaciones, especialmente si disponen de esbirros en los que delegar sus mezquinos planes. En uno de mis paseos veraniegos, pude identificar una de esas casas ostentosas que tanto le gustan a los académicos. De cara a la galería adoptan una imagen de austeridad y sacrificio, que no puede ser más diferente que la realidad. Lo que se cuece de puertas adentro es más cercano a un videoclip de reggaetón que a una serena biblioteca. Lo sabemos de fuentes directas, como el ilustre Bibliotecario, que se vio arrastrado contra su voluntad a alguna de estas fiestas poco académicas. Contemplad pues lo que renta mentir y manipular a la Humanidad durante siglos. No es de extrañar que no falten voluntarios para mantener la Farsa.
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