Para adentrarnos en lo desconocido, no es necesario ir a algún país exótico, tan solo hay que dejarse llevar prestando atención al entorno. En los lugares que transitamos habitualmente puede haber escondidos accesos a mundos misteriosos, accesos que no vemos enfrascados en nuestras rutinas diarias. Hay que mirar de forma activa para ver estos accesos a esos mundos dentro del nuestro. Y eso sin entrar en el fascinante tema de los portales interdimensionales.
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