Miestras el Capitán Neyyan Skyssain y una servidora nos tomábamos unos días de descanso, mi compañero Gzobzhudh estuvo analizando las muestras que obtuvimos de la víctima de los Grises. Tal y como suponíamos, su muerte se debió a un virus atificial, pero nos esperaba una sorpresa. En su cuerpo había dos virus entrelazados. Uno tan contagioso como una gripe común y de baja letalidad y otro letal, con efectos similares al ébola, y por consiguiente no muy contagioso, pues no da tiempo a que la víctima lo transmite. O ese sería el caso si estuviera activo todo el rato. Por lo que ha podido averiguar, está inactivo, hasta que el primero ha contagiado a un número determinado, solo entonces se activa, y en menos de 24 horas el sujeto fallece con fuertes hemorragias internas. Si alguien busca matar el mayor número de personas, parece una estrategia ganadora. Es evidente que esta combinación de virus no es natural, pero ya sabíamos que estábamos ante algo artificial, y también conocemos al autor. Al fin, el Visitante de las Estrella ha sido un poco más comunicativo. Eso sí, lo que ha dicho no me ha dejado tranquila precisamente. Parece que nuestro enemigo es todo un artista de las armas biológicas, y su arsenal va más allá del par de virus que hemos encontrado. Habrá que andar con cuidado, y eso no es algo que encaje precisamente con mi estilo.
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