En una semana el inquietante agujero que ha aparecido en Tierra Amarilla, en la región de Atacama, Chile ha pasado de 25 a 50 metros. Es inevitable pensar en las pozos al infierno que hay por todo el mundo. Abismos que nos tientan y espantan a partes iguales. Incluso más aterrador que la caída de un objeto, es que el suelo se abra a nuestros pies. La explicación oficial apunta a los abusos de una empresa minera canadiense, pero nosotros, evidentemente, no desechamos otras hipótesis menos terrenales, mas también compatibles con la avaricia humana. El sufrimiento ajeno es una de las monedas de cambio más antiguas y utilizadas, especialmente por personas sin escrúpulos que solamente piensan en su beneficio personal. Habrá que estar atentos a la evolución de este socavón, cuya perfecta simetría evoca incontables horrores.
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