Técnicamente el verano termina a mediados de septiembre, pero en la práctica es el final de agosto cuando nos despedimos de esta estación. Aunque nuestros enemigos han estado mayormente apáticos, el mundo parece al borde de una crisis. Guerras, incendios, carestía de agua, inflación desbocada... Parece que el terreno está listo para que surja algún autoproclamado salvador que nos lleve a la Tercera Guerra Mundial por un sendero de ilusiones y medias verdades. Debemos estar preparados, pero también debemos disfrutar de cada día en la medida de nuestras posibilidades. Así pues, empiezo mi largo adiós a agosto con el insigne Visitante de las Estrellas.
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