Sorprendiendo a nadie, hemos descubierto que el esbirro de los Grises al que avistamos hace unos días nos está espiando. Su técnica es tan refinada como su chapucero disfraz, lo que nos lleva a pensar que quieren que sepamos que nos están vigilando. Una táctica clásica de guerra psicológica. Sin duda, esperan que nos pongamos nerviosos y desvelemos algún punto débil, algún secreto ignominioso que puedan usar contra nosotros. Cree el ladrón que todo el mundo es de su condición. Aquí secretos hay los justos, para proteger a nuestros contactos y ya. Nosotros vamos a pecho descubierto y no tenemos miedo de los Enemigos de la Humanidad. Le hemos plantado cara a lo más granado del multiverso y seguimos aquí. Si cree este sicario de medio pelo que nos va a amedrentar, se va a llevar una sorpresa de aúpa.
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