Nos regocija ver que la NASA sale poco a poco del sopor en el que la tenía sumergida desde hacía demasiado tiempo la corrupta y decadente Academia. En esta ocasión es el Misión DART, un ensayo para la defensa planetaria, algo que debería tener el apoyo unánime del mundo, pero que ya sabemos que será cuestionada por los iluminados de costumbre.
La misión DART consiste en nada menos que cambiar el rumbo de un asteroide, en este caso uno doble con una nave. Si se confirma el éxito de la misión será un hito en la Historia oficial de la Humanidad. Recalco lo de oficial, porque como sabrán los lectores de esta bitácora los seres humanos hemos vivido toda clase de experiencias que no están recogidas en las crónicas oficiales, solamente en sitios independientes como este humilde diario.
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