Una simulación por ordenador del paso de materia a través de un egujero de gusano podría haber mostrado una posible vía para resolver uno de los grandes retos de la Física, combinar dos de sus teorías más importantes: la mecánica cuántica y la gravedad de Einstein. Cada una se desenvuelve de maravilla en su territorio. La primera a escala minúscula. La segunda a escala planetaria. El problema es que parecen incompatibles. Y, ¿cómo pueden serlo cuando ambas teorías han sido testadas fehacientemente durante décadas? La primera nos habla de un mundo de probabilidades e incertidumbres. La segunda en cambio predice con gran exactitud órbitas y desplazamientos. Esa simulación en ordenador, posible gracias a la computación cuántica, ha mostrado que ambas teorías podrían ser como las dos caras de una misma moneda. No sería la primera vez que ocurre. Con la naturaleza de la luz ya pasó algo similar. Durante siglos se discutió si eran ondas o partículas, y la solución no pudo ser más magnánima, las dos cosas. Este experimento apunta en esa dirección. Os animo a leer este artículo para profundizar en un tema tan apasionante como inspirador.
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