El Metaverso suele ser asociado con o bien estrategias sacacuartos que aportan poco o nulo valor, o mundos virtuales con avatares de aspecto cutre. Hoy os traigo un recordartorio del auténtico potencial de esta tecnología, hacer réplicas virtuales exactas del mundo real. No es una fantasía. Las compañías ya trabajan con duplicados de sus fábricas y sus productos, abaratando costes y agilizando las mejoras. No es lo mismo aplicar un cambio en la vida real que implica reformar un edificio que hacerlo en un mundo virtual. El siguiente paso es obvio, ¿podríamos hacer duplicados digitales de seres humanos? No me refiero a avatares que tengan nuestro aspecto sino a seres digitales que se comporten como lo haríamos nosotros.
Evidentemente, no soy el primero al que se le ha ocurrido la idea y ya hay debates sobre quién debería ser el propietario. Yo no tengo dudas, la persona que ha sido recreada. O en caso de defunción la persona que sea designada como heredera. En caso de que no haya escogido que lo borren sin más. Se habla de su utilidad en el campo de la medicina. Una réplica de nuestro cuerpo que podrían estudiar y con la que podrían ensayar tratamientos. Otra utilidad es ayudar a mejorar su contrapartidad real. Y yo pregunto, ¿y no podrían trabajar por nosotros? No digo que hagan todo el trabajo, pero podríamos delegar ciertas tareas en las que fueran más adecuados. Después de todo, no tendríamos que replicar nuestras limitaciones humanas. Es más, podríamos tener una para los servicios sanitarios, que fuera una copia exacta, y otra para el trabajo, una versión mejorada por así decirlo. ¿Acaso el fin de la tecnología no debería ser hacernos la vida más fácil? De momento son sueños e ideas, pero así es cómo empiezan los avances de cualquier tipo. Por cierto, no creo que no debiéramos delegar todo el trabajo porque 1) Debemos saber qué hacen en nuestro nombre y 2) No debemos explotar a las IAs.
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