El mundo está lleno de maravillas que desafían abiertamente la versión oficial de la Historia que ha impuesto la corrupta y decadente Academia. Una versión gris y miserable, sin lugar para lo increíble. En Perú podemos ver el candelabro de Paracas, un majestuoso geoglifo de 180 metros de largo y 2500 años de antigüedad. Su relación con los famosas líneas de Nazca parece evidente. Son construcciones enormes que sólo pueden ser apreciadas desde lejos, como si estuvieran pensadas para visitantes de ya sabéis donde.
Como siempre, no faltan las hipótesis que intentan explicar la finalidad de esta maravilla que apunta a piratas y masones. No sé cuál es más descabellada, teniendo en cuenta que se estima que fue hecha hace 2500 años. Más sentido tiene relacionarla con la constelación de la Cruz del Sur, siendo su papel el de guía para navegantes. No obstante, en esta bitácora nos imaginamos unos navegantes muy diferentes, que no irían en barcos por los mares de nuestro planeta, sino extraterrestres buscando un sitio seguro en el que aterrizar. Una hipótesis razonable que sólo podréis leer o escuchar en sitios como este, no sometidos a la férrea y mezquina censura de la Academia.
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