El verano es un tiempo propicio para la relectura calmada. Al igual que podemos volver a ese lugar que tan grato recuerdo nos había dejado, podemos revisitar esas obras que nos han marcado. En mi caso, mi admirado Maestro, el gran Erich Von Däniken es una parada tan obligada como agradecida. Su estilo franco y directo hace que la lectura de sus obras sea un placer mayúsculo. Cuando me siento agobiado ante los ataques constante de mis feroces críticos, lacayos de medio pelo de la corrupta y decadente Academia, echo mano de un libro de mi Maestro y las dudas se desvanecen, como una pesada niebla. Profeta del pasado es una joya en la que con elementos tan dispares como el Arca de la Alianza y los enigmáticos railes de la isla de Malta, Erich Von Däniken articula un poderoso discurso que no ha perdido ápica de vigencia. En todo caso, la Ciencia y Tecnología, saboteadas a cada paso por la mezquina Academia, no ha podido cumplir con las promesas que hizo cuando salió el libro. Por eso es recomendable regresar a este libro, para ver dónde deberíamos estar hoy en día. Este no es el Siglo XXI que nos anunciaron, sino una triste y pálida sombra, cuya única obsesión es recortar gastos a toda costa.
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