La existencia de vida inteligente fuera de nuestro planeta es un hecho innegable. De hecho, uno a veces tiene la sensación que es más complicado encontrar vida inteligente en nuestro mundo que fuera. Sólo hay que molestarse en buscarla. Las señales son evidentes. Por ejemplo, a tan sólo cien años luz, ha sido detectado un sistema solar fascinante por su precisión matemática. En torno a la estrella HD 110067 orbitan en perfecta armonía desde hace miles de años seis planetas cuyos tamaños van desde el de la Tierra hasta el de Neptuno. Hay equipos de investigadores analizando las señales de radio que podrían provenir de esos planetas. Es una labor tan ingrata como necesaria, pero deja una ruta obvia sin explorar. ¿Cómo se mantiene esa sincronía entre los seis planetas? ¿Qué hace que el vals siga tras tanto tiempo? ¿No es posible que haya un "relojero" que ajuste de vez en cuando el sistema? O que simplemente evite que algún elemento externo interfiera. Evidentemente, con "relojero" me refiero a una civilización suficientemente avanzada como para poder influir en las órbitas de los planetas. Si pudiéramos detectar esos ajustes, sin duda daríamos un salto de gigante en la comprénsión del Universo. Lo que avanzaríamos sin el lastre de la corrupta y decadente Academia no cabría en todas las bibliotecas del mundo.
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