Se suele decir que es más fácil pillar a un mentiroso que a un cojo o que las mentiras tienen las patas cortas. Aunque lleve más tiempo, lo mismo se aplica a la red de engaños que ha urdido la corrupta y decadente Academia para evitar que la Humanidad salga a las estrellas, donde hace mucho tiempo que se establacieron sus Amos, los fundadores y dirigentes de esta impía organización. Hoy toca refutar la versión oficial del tamaño de nuestro sistema solar. Hasta ahora se afirmaba con la convicción que sólo puede tener un fanático ignorante que el sistema solar terminaba en el cinturo de Kuiper, a unas 50 Unidades Astronómicas. Pasado ese límite, nos esperaba al vacío.
Para disgusto de los rabiosos académicos, es precisamente una nave espacial de la NASA la que está aportando las pruebas que desmienten ese dogma académico. La New Horizons está midiendo polvo interplanetario más allá de Neptuno y Plutón con Venetia Burney Student Dust Counter (SDC) y está encontrando mucho más de lo que los modelos teóricos predecían. Porque, para sorpresa de nadie, esas tajantas afirmaciones sobre los confines de nuestro "barrio espacial" se basaban no en medidas fiables, sino en fantasías respetuosas con la mirada torva de la infame Academia. Gracias al buen hacer de los estudiantes de la Universidad de Colorado Boulder, que están analizando los datos que está obteniendo la New Horizons, sabemos que nuestro Sistema Solar es más grande que lo que nos habían dicho, y que puede contener sorpresas, como un segundo cinturón de Kuiper, y eso es, amigos, el principio. ¿Quién sabe que más nos espera en esas regiones del espacio que la ciencia oficial ha ignorado hasta la fecha? Hay que apoyar la investigación genuina, la que va al sitio a mirar, y no se queda encerrado en la proverbial torre de marfil, satisfecho repitiendo acríticamente lo que le contaron sus antecesores.
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