Entre el eclipse solar que hizo que el día fuera noche, el bólido que hizo que la noche fuera día y los intercambios de revelaciones entre los Arribistas y el enigmático Augustus Severinus Píngolas, hemos juntado unos cuantos enigmas y señales que debemos analizar con calma, para luego actuar. Porque no es plan que nos quedemos de brazos cruzados mientras ocurre todo esto. No somos políticos, que en situaciones como está, encargarían un estudio a una comisión, cuyo verdero fin sería darle largas al asunto. Aquí somos investigadores de lo desconocido, aventureros que plantan cara al Mal en todas sus repelentes formas.
¿Qué es lo que sabemos hasta ahora? El eclipse total de sol ha revelado la naturaleza de los tres prisioneros de los Arribistas. Son homúnculos. Formas de vida artificial, asociadas tradicionalmente a la piedra filosofal. Difieren de los habituales en que a estos les han dotado del tamaño de una persona, y tan sólo el eclipse solar les devolvió a su reducido tamaño original. Hasta ahí encajan las dos versiones que nos han ofrecido. Donde divergen es en quién está tras su creación. ¿Fueron obra de Augustus Sverinus Píngolas, con el que comparten un parecido físico que llevó a sus captores a pensar que tenían al maestro del disfraz en sus garras por triplicado? ¿Son una proyección de la insana obsesión de los Arribistas con su enemigo? A eso añadiría otra pregunta por lo pronto, ¿hay más? Hay tres encerrados en la mazmorra de los Arribistas, pero no podemos afirmar que sean todos los homúnculos que surgieron de esa Piedra Filosofal cuyo final ha dado pie a tan encarnizada enemistad. Mi intuición me lleva a pensar que la Verdad tiene elementos de las dos versiones. Creo que ambos bandos quieren ocultar los elementos de la historia que nos les convienen. En cambio, a nosotros sólo nos interesa la Verdad.
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