El investigador Rupert Sheldrake lanza una propuesta de lo más interesante en su artículo Is the Sun Conscious?. Estamos habituados a asociar conceptos como conciencia e identidad a los seres vivos orgánicos, asumiendo que todo lo no entra dentro de esa categoría como estrellas y planetas carece de ambas. En su artículo propone que la conciencia puede emanar de la existencia de campos eletromagnéticos complejos, igual que los que podemos detectar en nuestros cerebros.
Que un objeto celestial como nuestro sol pueda tener conciencia no es una idea novedosa en la Historia de la humanidad, pues las religiones han identificado al sol con divinidades desde el albor de los tiempos. También es bien sabido que tanto planetas como satélites tienen nombres de dioses. En la Cultura Pop tenemos ejemplos de cuerpos celestes dotados de conciencia como Ego el planeta viviente en Marvel o Mogo en DC Comics. Todo esto me lleva a pensar que estamos ante una hipótesis digna de ser tenida en cuenta y que requiere de más trabajo para ver a dónde nos lleva. El que nuestro sol posea conciencia propia no es una cuestión baladí en absoluto, pues tendría consecuencias tangibles. Su movimiento por el cosmos ya no sería producto de la mecánica celestial sino que sería decidido por el propio sol, que usaría su energía para decidir por dónde ir, igual que hacemos nosotros cada día.
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