El número 3 posee un gran poder desde siempre, sobran los ejemplos a lo largo de la Historia, desde los siempre inestables triunviratos a los elegantes triángulos. Por eso, no es de extrañar que el lenguaje en base 3 pueda ser una alternativa viable al lenguaje binario que ha dominado tradicionalmente la computación. El concepto es muy sencillo, si en el lenguaje binario tenemos dos números, 0 y 1, en el de base 3 hay 3, 0,1 y 2 o -1. El binario es ideal para preguntas de sí o no. En cambio la base 3 es perfecta para comparaciones: mayor, menor o igual. Os animo a leer este interesante artículo sobre el tema.
A pesar de desarrollos tan interesante como la computadora terniara Setun, poco se ha hecho en la informática con el lenguaje en base 3. La omnipresencia del lenguaje binario no solo incentiva en trabajar así sino que complica considerablemente lanzarse a contruir otro tipo de circuitos. Pero, ¿quién sabe? Tal vez sea el momento del lenguaje en base 3, y Bender ya no tenga pesadillas con el número 2.
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