Los Hijos del Nuevo Mundo no tenemos ningún pez alquímico para conectarnos a la Mente Colmena de nuestros homúnculos ludópatas con mala uva, pero tenemos a mi compañero Gzobzhudh. Apuesto a que no seréis muchos los que recordéis que hace cerca de cinco años, despertó en su sarcófago negro a bordo de la colonia espacial autónoma Daikokuten a raíz de un ataque hecho por la red de cibercriminales de Elysiums y los mutantes psíquicos. Estos últimos fueron la razón decisiva por la que decidió volver al mundo de los vivos. La reaparición de su líder, Urkruk Alfa en Mykonos haciendo turismo y su intervención inquietantemente educada en este blog, hicieron que se tomara este asunto como algo personal y de suma importancia. Siendo el genio que es, ha logrado crear una interfaz con la que podemos ver lo que pasa por la mente de nuestros homúnculos. Entre imágenes de su obsesión con el juego, hemos podido atisbar lo que creemos que son adelantos de la que se va a liar en Mykonos. Por eso mismo, ya estoy en Mykonos. No quiero perderme ni un momento de esta bronca.
Los locales nos tienen calados a los que venimos por el rollo de los homúnculos, porque no llevaba ni un par de horas en la isla y ya me indicaron dónde podía encontrar a la ciberguerrera Alice y a los Arribistas. Reconozco que nuestros homúnculos son ruidosos y les falta educación, pero no justifica el trato que nos han dado los Arribistas, ni el desprecio abierto a nuestra oferta. Ellos se lo pierden. Sus poderes no me impresionan. Menos mal que la aliada de Steiner es una persona educada y una buena anfitriona. En un momento, nos consiguió habitaciones para todos y entretenimiento para los homúnculos, concretamente, poker, al que me he unido con Gzobzhudh, que lo usa para controla el grado de sincronización entre ellos. Creo que sólo faltas tú Steiner. ¿a qué estás esperando? Ya tienes dos peces y tu compañera está sola entre académicos estirados y arrogantes.
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