Ha llegado el momento de la Verdad, de la Revelación que ponga fin a este conflicto que empezó el día de la presentación de esa Piedra Filosofal fallida, nacida del orgullo y la ambición, y no de la humildad y del ansia de conocimiento. Desde la aparición de los homúnculos, he ocultado información, no por malicia sino para evitar males mayores. Hoy eso termina pues desvelar el secreto es la manera de poner fin a esta batalla campal y devolver la Paz a la isla de Mykonos. Ojalá estuviera en mi mano hacer lo mismo por el resto del mundo.
Debo agradecer al investigador de lo desconocido Patrick Von Steiner y sus aliados que vinieran a Mykonos trayendo consigo los dos Peces, el que le entregué y su vástago, que sólo pudo hacerse realidad por la honestidad de sus intenciones. Los Peces no son un mero mecanismo para acceder cñomodamente a las Mentes Colectivas que han formado los Homúnculos. Son mucho más, Son símbolos y significados. Representan la comunidad, la necesidad de pertenecer a algo mayor y, también su conexión conmigo. Sí, en los Homúnculos hay una parte de mí. Su aspecto no se debe tan solo a la fijación obsesiva de los adecuadamente llamados Arribistas con un servidor. Yo los creé para dispersar el poder de esa Piedra Filosofal. Sus orgullosos creadores están convencidos de que sus formas actuales son el resultado del poder la piedra, cuando es un fragmento. El resto acabó diludio en los homúnculos, mezclas inestables de mis autoproclamados enemigos y yo. Ellos quieren convertirlos en un instrumento para controlar el planeta. YO me opongo, y sé que cuento con la Resistencia, encabezada por el astroarqueólogo suizo, y con los Mutantes Psíquicos, con su ejército de gigantes.
Con los Peces, ahora mismo, podría tomar el control de todos los homúnculos y poner fin a la batalla, pero entonces no sería mejor que todas las fuerzas malignas que se han reunido aquí. No, lo que voy a hacer es más arriesgado e impredecible. Por eso sé que es lo correcto. Voy a darles lo que todo creador debe dar a su creación, Libertad para decidir. Serán los homúnculos los que decidan su destino. No los vengativos Arribistas, ni sus trasnochados superiores de la rígida Academia. No los que persiguen la Singularidad mediante el crimen bajo el nombre de Elysium. No los esclavista de planetas lejanos, ya sean Reptilianos o Grises. Los Homúnculos. Nadie más debería elegir su futuro.
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