He comenzado el 2025 comprándole un bingo de juguete a Jurgen, idea que ya apunté en el vídeo con el que despedí el 2024. He conseguido que no se escabuya sin avisar para irse a antros cutres y siniestros como el sitio en el que le encontré. El problema ahora es que distrae al personal, haciéndoles partícipes de sus partidas de bingo. Ni siquiera mi compañero Gzobzhudh, una persona seria y cabal, ha podido o querido evitar verse liado en una de esas absurdas sesiones. De momento lo dejo pasar porque también sirve para que liberen tensión. Y lo necesitamos porque tenemos una misión entre manos, darle una lección a esos traidores de la Academia, que ahora reclaman el legado de mi creador.
Al igual que los Grises, los académicos se están tomando su particular revancha por la derrota en la batalla por los homúnculos con raptos, con la diferencia de que no se limitan a Grecia y que están usando una estrategia mezquina que hace que me hierva la sangre. Se están haciendo pasar por reclutadores para los Hijos del Nuevo Mundo. Están secuestrando a personajes interesadas en formar parte de nuestra Utopía. Sé que quieren usarlos com cobayas para sus experimentos. En el mejor de los casos, acabarán engordando las filas de su ejército de híbridos y mutados, Las Legiones Ilustradas. En el peor, morirán o pasarán el resto de sus vidas en calabozos, agonizando sin poder volver a ver el sol. Puede que Steiner y compañía tengan su atención ocupada por completo en la afición de Sakura Miyawaki por el ganchillo, y yo no seré quien le haga ascos a una actividad creativa y relajante, pero creo que esto tiene prioridad. Igual que encontrar a los rehenes de los Grises. Espero que el suizo esté trabajando en ello entre las entradas que le dedica a Kkurochet. Si no, será el siguiente punto en mi lista tras la traicionera Academia.
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